
Un empujón la hizo reaccionar y noto que sus facciones eran las mismas que aquel 5 de octubre en el que se conocieron. El se acercaba. Ella debía decidir si: cruzar de vereda, continuar por la misma, intercambiar miradas hasta que notara su presencia o hacer de cuenta que no lo vió. Sentía que el tiempo se había detenido y soñaba con desaparecer de ese lugar, pero ya era tarde.
Con una tímida sonrisa y sin saber como abordarla el la saludo, sentía como poco a poco el rubor en sus mejillas tomaba el control de su rostro, ella mirando al suelo lo saludo dejando sus pensamientos de lado y permitiendo que la situación fluyera sin que sus nervios intervengan.
Se hicieron aun lado del paso de los peatones y comenzaron a dialogar como viejos amigos que se cruzan después de mucho tiempo. Los minutos volaban mientras ellos se contaban detalles de su vida, con cada palabra la charla se hacia mas profunda motivo por el cual el propuso continuarla en un lugar más cómodo.
Doblaron en Mariano Moreno y tras caminar dos cuadras ingresaron en un bar, el cual había sido testigo de su primer encuentro. Mientras el pedía dos capuchinos, ella sentía un dejavu.
Más relajados, continuaron con la conversación. Sobraban detalles y de a uno fueron tocando temas de interés, sin embargo había un tema tabú del cual ninguno quería saber o tal vez si, pero temían a la respuesta. El silencio se hizo presente pero ninguno de los dos quería que ese encuentro llegara a su fin.
- ¿Otro café? Pregunto el joven. Ella asintió.
Años atrás este mismo encuentro se había dado en este mismo bar, pero el fin era diferente. Jóvenes y con todo un futuro esperándolos, hablaban de sus gustos y los proyectos que tenía cada uno.
Un sorbo de café, risas y un nuevo silencio. Ella miro la ventana, tomo aire y mirándolo fijamente lanzo la pregunta: ¿Cómo esta tu corazón? ¿Hay alguien en tu vida?
El rostro del muchacho empalideció, también quería saber lo mismo pero no sabia como formular la pregunta y ahora debía responder.
- ¿Ey que ocurre? No respondas si no quieres, esta todo bien. Dijo ella con una sonrisa nerviosa.

- Nada, solo que ha pasado tanto tiempo. Dijo seriamente. Lamento lo ocurrido en aquel entonces, no ha sido fácil. Añadió.
El clima era tenso. Un nuevo silencio.
- Como te decía, no ha sido fácil y mas complicado me sentí cuando decidiste dar un paso al costado, creí que no debía comentarte lo que me ocurría pero ya estaba dicho.
En varias oportunidades intente establecer contacto pero no sabía que decir y ahora frente a frente me arrepiento del tiempo que deje pasar para decirte lo mucho que te necesitaba.
Lentamente se fue acercando hacia la joven, ella sentía su respiración y se notó sorprendida cuando sus manos se encontraron. Sus mejillas húmedas producto de la emoción, sin embargo un ruido tedioso pero familiar la hizo desprenderse del lugar.
Las paredes del bar habían desaparecido, al igual que las mesas, el muchacho, la taza de café y el cenicero. En su lugar solo pudo divisar, con la vista nublada, el reflejo del sol ingresando por su ventana y de un solo golpe apago el despertador.
Se estiro en la cama y tras fumar un cigarrillo, como era su costumbre, caminó a la ducha en penumbras y conmocionada por el sueño. Luego del baño de cada mañana, encendió la luz para desenredarse el cabello y con la mirada fija en el espejo dijo…
FUE SOLAMENTE UN HERMOSO Y DESEOSO SUEÑO.
