¿Que ocurre cuando una persona no encuentra, al menos, un motivo que lo ate a la vida? ¿Qué factores llevan a tomar la decisión de dar fin a una vida? ¿Por qué hay personas que lo quieren impedir?, ¿Cuál es el objetivo por el que estamos en la tierra?
Desde que llegamos al mundo sabemos que no seremos eternos, desde nuestros familiares hasta nuestras mascotas, todos tienen un tiempo limitado en esta vida… Me pregunto que es lo que nos lleva a vivir, ¿hay realmente algo escrito que nos indica cada una de las cosas por las que vamos a pasar y en que momento pasaremos a formar parte del abono de la tierra?
Lautaro tiene 24 años y desde hace un tiempo nota que su vida se encuentra estancada. En un primer momento intento ponerle el pecho a diversas situaciones para salir del estanque pero al ver que las cosas no salían como se las proponía, poco a poco fue dejando vencerse.
Veía su vida como una rutina consecutiva y no lograba disfrutar de ninguna de sus actividades, comenzó a dejar de salir, a alejarse de sus amigos, a quitarle importancia a sus estudios, entrando de esta manera en un estado de angustia y solo una idea tomaba fuerzas en sus pensamientos: MORIR.
Cada amanecer era una tortura y mientras viajaba hacia su trabajo pensaba cuanto tiempo mas podría tolerar esta vida. Nada lo podía sacar de su idea, de forma recurrente se preguntaba ¿para que vivo? Pero ninguna respuesta le daba la satisfacción que en ese momento necesitaba.
Día a día se volvía mas irritable, su buen humor estaba eclipsado, y el se encontraba ensimismado… quería morir.
Intentaba alejar la idea de sus pensamientos y ocupar su tiempo en todo tipo de actividades que lo alejaran de su realidad, pero las noches se encargaban de recordarle que no era feliz, y que nada de lo que se proponía se estaba cumpliendo.
Comenzó a dar indicios de lo que le estaba ocurriendo, pero nadie se imaginaba lo que en realidad tenía decidido hacer, hasta que finalmente lo hizo.
La madrugada del 3 de febrero lo despertó un calor sofocante, dio vueltas en la cama e intento conciliar el sueño de mil maneras pero ninguna tuvo éxito, salio de la cama en busca de agua y al pasar por la cocina sus ojos se clavaron en una cuchilla que estaba en la mesada. Sentado a su diestra no podía quitarle los ojos de encima, su mente estaba en blanco, tomo la cuchilla con la mano derecha y la hundió en su muñeca izquierda.
Veía como la sangre brotaba y se formaba un gran charco rojo sobre el mármol, de pronto llego el dolor. Corrió al baño y se ato una gasa sobre la muñeca tratando de evitar que la sangre siguiera saliendo, al poner la gasa nuevamente en su lugar su vista fue directamente hacia un frasco de somníferos que había dentro del botiquín y fue tomando uno por uno hasta dejarlo vació. Minutos más tarde yacía sobre las frías cerámicas del baño, mezclando su cuerpo con sangre y agua.
Al abrir los ojos, no sabía donde se encontraba, pero noto que tenía atados los pies y manos, miro su muñeca y rompió en llanto.
Actualmente, Lautaro, se encuentra en tratamiento psiquiátrico. Mucho tiempo le costo darse cuenta de que había atentado contra su vida, sin embargo las ideas suicidas aun no lo abandonaron del todo y en momentos de soledad continua planteándose que motivos tiene para vivir.
Ahora me pregunto, ¿Qué es lo que nos impulsa a vivir?, si bien no sabemos cuanto tiempo de estadía tendremos en este mundo, tenemos la certeza de que un día vamos a partir.
¿Viviremos para formar una familia, tener una casa, un auto, un perro, un empleo bien remunerado? Pero ¿Qué sentido tiene? Tan errada se encuentra la persona que desea morir o nos equivocamos nosotros al luchar por llenarnos de títulos y objetos materiales que endulzan nuestro ego y nos hace creernos superiores a los demás.
Cuando escuchamos o leemos que un adolescente se suicida no nos planteamos el motivo por el cual lo hizo y muchas veces, cuando se trata de alguien cercano, no sabemos como ayudar, pero lo que si hay algo que hacemos casi por inercia: JUZGAR. Somos tan egoístas que creemos que al tomar la decisión de suicidarse, la persona en cuestión, lo hizo por cobarde, por que estaba loco, por que no pensó en nadie, por que nada le importaba realmente, entre otras.
Si conocemos a alguien que pase por este estado, no lo atosiguemos. Dejémoslo pensar que pueda poner en claro sus ideas y estoy casi seguro que esa persona sabrá pedir ayuda, pero solo cuando lo crea conveniente. Ni antes, ni después.
Nosotros no somos dueños de nuestra vida, pero si elegimos como manejarla, a veces bien, a veces mal pero de cada elección aprendemos algo.
Tal vez morir no tenga ningún sentido, pero que alguien me explique que sentido tiene vivir.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Quizá la clave no sea encontrarle sentido a la vida, sino vivirla. A veces las personas estamos tan preocupadas por encontrarle la explicación a todo, q nos olvidamos ser espontáneos ante la vida. Nadie sabe que sentido tiene vivir o morir, pero todos sabemos que podremos responder: ¿que es más perfecto, la vida o la muerte? Un beso, muy bueno el blog.
Publicar un comentario