miércoles, 11 de noviembre de 2009

Madurando

¿A que llamamos madurar? ¿Las personas siempre maduran? ¿Cuándo maduramos? ¿Qué nos lleva a madurar? ¿Por qué hay personas que maduran más rápido que otras? ¿Es necesario madurar?
Desde un enfoque psicológico la maduración o crecimiento mental es un amoldamiento progresivo de las pautas de conducta mediante la diferenciación e integración, que incluye la complementación de herencia y ambiente. El ambiente estimula el desarrollo pero para ello necesita de la maduración adecuada. Es un proceso de crecimiento continuo, algunas personas crecen y no quieren hacerse responsables, y buscan el apoyo ambiental. Porque tienen la idea de que no pueden solos contra la vida, es decir evitan el proceso de madurar y darse tiempo para este proceso.

Esa madrugada comencé a notar un cambio en mi el cual no podía comprender, veía todo muy confuso y me aterraba la manera de pensar por la que estaba transitando. Hasta no hace mucho prefería actuar a meditar, pero ahora no logro hacer nada sin antes evaluar lo positivo y negativo de cada situación que se me presenta.
Maitena se sentía diferente al resto, no podía comprender que era lo que le había sucedido y al mirar a su entorno se notaba como un bicho raro. Ya no le divertían las mismas actividades que tiempo atrás disfrutaba, ahora todo era distinto y como es normal, lo distinto nos genera miedo.
Con solo 23 años ya había vivido casi todo lo que se imaginaba y algunas experiencias inesperadas también la acompañaron en este trayecto.
Habían pasado 6 meses desde que conoció lo que es sufrir por amor y aun no podía finalizar su duelo a pesar de que el final se produjo por mutuo acuerdo, para su entorno este asunto estaba completamente superado pero ella sabía que no era tan así. Ocupaba su mente con diferentes tipos de actividades para no pensar en lo que tanto le dolía pero cuando se encontraba en inactividad una serie de hechos se arremolinaban en su mente. Estaba segura de que esa relación había logrado un cambio en ella, pero no quería aceptarlo, negaba lo que le sucedía y no comprendía por que ocurría.
Nada malo le pasaba a Maitena, solamente noto que estaba creciendo.
Las salidas con amigas ya no la divertían, prefería la calma del día a los excesos de la noche. No le interesaba tener relaciones eventuales si no que comenzó a buscar una persona que la termine de complementar, tomaba seriamente sus estudios y ponía empeño en mejorar en el ámbito laboral.
Estos cambios repentinos la aterraban, quería volver a ser como era: descuidada, despreocupada, atolondrada, espontánea, todo lo que creía que la hacia feliz.
Una mañana, en el trabajo le comento a Daniela, su compañera de oficina 2 años mayor que ella, lo que le estaba ocurriendo. Daniela sonrío y le dijo que era algo pasajero pero que necesitaría una ayuda especial. Maitena no creía en psicólogos, pero en esa semana tuvimos nuestro primer encuentro.
Llegando al quinto, me comento el motivo real por el cual se había acercado a mí. No puedo quitar de mi retina esa carita que estallo en llantos al decir que no se conocía. Por una cuestión ética respete ese llanto y cuando note que era el momento comencé a hablar. Su mirada estaba perdida, mis ideas le habían llegado, quería superarlo pero aun faltaba tiempo.
Encuentro tras encuentro nos sumergíamos en su pasado y presente. El juego estaba planteado solo había que comenzar a mover algunas fichas, lo cual le costo mas de lo que creía sin embargo aunque ella no lo notara la aceptación había comenzado a aparecer. Ya no era una niña pero aun no se sentía mujer.
Tenia frente a mi una adolescente que necesitaba respuestas y si bien no se las brinde cuando ella me lo solicitaba le abrí la puerta para que pudiera ver lo que tenia frente a si misma.
El llanto fue desapareciendo, sus ideas comenzaron a tomar forma y el miedo al futuro ya no era como antes. Mentiría si dijera que esta conforme con su nueva manera de ver el mundo, pero ya no la atormenta tanto como el día en que nos vimos por primera vez.

El último encuentro llegó, Maitena no se quería despedir ya que consideraba que si llego hasta acá fue por mi apoyo sin embargo minutos antes de la despedida logre hacerla comprender que el camino siempre lo recorrió sola, yo estaba para levantarla en cada caída pero las heridas las limpiaba ella.
Desde esa día solo nos vimos 3 veces más, estaba sorprendida de lo bien que se sentía y que no cambiaría este estado por nada que le pasara.

Maitena hoy tiene 28 años y una hija por la cual daría su vida, varias veces se tropezó en el camino y muchos tropiezos mas le esperan. Espero que siempre pueda levantarse e identificar donde están las piedras para en un futuro si tiene una frente a si solamente trastabille hasta que logre pasarles por arriba sin más.

Nada malo tiene madurar, lo nuevo siempre nos aterra ya que nos estaremos enfrentando a algo desconocido. Cuando te encuentres en una situación similar a esta, no desesperes, trata de ver el lado positivo e intenta aprender de ello. La vida es un cambio constante y hay que estar preparado para sobrellevarlo de la mejor manera posible.

martes, 20 de octubre de 2009

¿Vivir o Morir?

¿Que ocurre cuando una persona no encuentra, al menos, un motivo que lo ate a la vida? ¿Qué factores llevan a tomar la decisión de dar fin a una vida? ¿Por qué hay personas que lo quieren impedir?, ¿Cuál es el objetivo por el que estamos en la tierra?

Desde que llegamos al mundo sabemos que no seremos eternos, desde nuestros familiares hasta nuestras mascotas, todos tienen un tiempo limitado en esta vida… Me pregunto que es lo que nos lleva a vivir, ¿hay realmente algo escrito que nos indica cada una de las cosas por las que vamos a pasar y en que momento pasaremos a formar parte del abono de la tierra?

Lautaro tiene 24 años y desde hace un tiempo nota que su vida se encuentra estancada. En un primer momento intento ponerle el pecho a diversas situaciones para salir del estanque pero al ver que las cosas no salían como se las proponía, poco a poco fue dejando vencerse.
Veía su vida como una rutina consecutiva y no lograba disfrutar de ninguna de sus actividades, comenzó a dejar de salir, a alejarse de sus amigos, a quitarle importancia a sus estudios, entrando de esta manera en un estado de angustia y solo una idea tomaba fuerzas en sus pensamientos: MORIR.
Cada amanecer era una tortura y mientras viajaba hacia su trabajo pensaba cuanto tiempo mas podría tolerar esta vida. Nada lo podía sacar de su idea, de forma recurrente se preguntaba ¿para que vivo? Pero ninguna respuesta le daba la satisfacción que en ese momento necesitaba.
Día a día se volvía mas irritable, su buen humor estaba eclipsado, y el se encontraba ensimismado… quería morir.
Intentaba alejar la idea de sus pensamientos y ocupar su tiempo en todo tipo de actividades que lo alejaran de su realidad, pero las noches se encargaban de recordarle que no era feliz, y que nada de lo que se proponía se estaba cumpliendo.
Comenzó a dar indicios de lo que le estaba ocurriendo, pero nadie se imaginaba lo que en realidad tenía decidido hacer, hasta que finalmente lo hizo.
La madrugada del 3 de febrero lo despertó un calor sofocante, dio vueltas en la cama e intento conciliar el sueño de mil maneras pero ninguna tuvo éxito, salio de la cama en busca de agua y al pasar por la cocina sus ojos se clavaron en una cuchilla que estaba en la mesada. Sentado a su diestra no podía quitarle los ojos de encima, su mente estaba en blanco, tomo la cuchilla con la mano derecha y la hundió en su muñeca izquierda.
Veía como la sangre brotaba y se formaba un gran charco rojo sobre el mármol, de pronto llego el dolor. Corrió al baño y se ato una gasa sobre la muñeca tratando de evitar que la sangre siguiera saliendo, al poner la gasa nuevamente en su lugar su vista fue directamente hacia un frasco de somníferos que había dentro del botiquín y fue tomando uno por uno hasta dejarlo vació. Minutos más tarde yacía sobre las frías cerámicas del baño, mezclando su cuerpo con sangre y agua.
Al abrir los ojos, no sabía donde se encontraba, pero noto que tenía atados los pies y manos, miro su muñeca y rompió en llanto.
Actualmente, Lautaro, se encuentra en tratamiento psiquiátrico. Mucho tiempo le costo darse cuenta de que había atentado contra su vida, sin embargo las ideas suicidas aun no lo abandonaron del todo y en momentos de soledad continua planteándose que motivos tiene para vivir.

Ahora me pregunto, ¿Qué es lo que nos impulsa a vivir?, si bien no sabemos cuanto tiempo de estadía tendremos en este mundo, tenemos la certeza de que un día vamos a partir.
¿Viviremos para formar una familia, tener una casa, un auto, un perro, un empleo bien remunerado? Pero ¿Qué sentido tiene? Tan errada se encuentra la persona que desea morir o nos equivocamos nosotros al luchar por llenarnos de títulos y objetos materiales que endulzan nuestro ego y nos hace creernos superiores a los demás.

Cuando escuchamos o leemos que un adolescente se suicida no nos planteamos el motivo por el cual lo hizo y muchas veces, cuando se trata de alguien cercano, no sabemos como ayudar, pero lo que si hay algo que hacemos casi por inercia: JUZGAR. Somos tan egoístas que creemos que al tomar la decisión de suicidarse, la persona en cuestión, lo hizo por cobarde, por que estaba loco, por que no pensó en nadie, por que nada le importaba realmente, entre otras.
Si conocemos a alguien que pase por este estado, no lo atosiguemos. Dejémoslo pensar que pueda poner en claro sus ideas y estoy casi seguro que esa persona sabrá pedir ayuda, pero solo cuando lo crea conveniente. Ni antes, ni después.

Nosotros no somos dueños de nuestra vida, pero si elegimos como manejarla, a veces bien, a veces mal pero de cada elección aprendemos algo.
Tal vez morir no tenga ningún sentido, pero que alguien me explique que sentido tiene vivir.

viernes, 24 de abril de 2009

En el anden




Al abrir los ojos sintió que una enorme cantidad de recuerdos se agolpaban en su mente y que el día que le esperaba, no seria como cualquier otro.
Una hora antes que el despertador anunciara las 07:30, Marcelo, ya se encontraba despierto, dispuesto a preparar el desayuno. Preparo su café y salio de la casa hacia el trabajo. Seria la primera vez en meses que llegaría temprano.
Camino a la parada del ómnibus, compro el diario y comenzó a ojearlo hasta que llego el colectivo. Cada mañana era una hazaña respirar en el autobús ya que se encontraba atestado de personas, algunas bostezando, otras de mal humor o con las marcas de la almohada aun en sus rostros. Cualquier otro día se podría haber incluido a Marcelo en uno de los grupos antes mencionados, sin embargo hoy tenia un calido semblante el cual se podía destacar entre los pasajeros.
Llegando a Carabobo se acerco a la puerta del colectivo para bajar y de este modo continuar su viaje, pero esta vez, en subte hacia la oficina.
Ya en la vereda, enciende un cigarrillo y camina, con la calma de un anciano, la cuadra que lo separa de la estación. En el andar sonreía, fumaba y miraba los locales que aun se encontraban cerrados. Al llegar estación, y tras pagar su boleto, baja hacia el anden. Una cantidad considerable de personas se encontraban a la espera del subte. Abrió el diario, intento leer pero fue imposible, entonces lo guardo en su maletín y lo leería en la oficina.
Tras mirar el reloj y confirmar que estaba con tiempo de sobra, se dispuso a mirar los rostros de los sujetos que allí se encontraban, de repente su calido semblante tomo otra forma. No podía creer que a pocos metros de el se encontrara alguien que tiempo atrás había sido muy significativa en su vida. Gabriela, su ex novia.
Formalmente vestida, con una acentuada ofuscación en su rostro, miraba la vía con ansiedad. Dos años habían pasado de la ultima discusión, desde entonces no se habían visto debido a que ella dejo de vivir en Villa del Parque, barrio en el que Marcelo continua viviendo, y cambio el numero de su celular por motivos que no conocemos.
Marcelo encontró sentido a la tormenta de recuerdos que se agolpo en su mente al despertar. Un día como ese, pero dos años atrás, el había decidido dar por finalizada la relación que mantuvieron durante seis años.
¿Que hago?, pensaba. Tantas cosas por hablar habían quedado pendientes, sin embargo, al intentar acercarse sintió que sus pies pesaban demasiado y no le permitían moverse. Tenía la boca seca, por lo que tampoco pudo pronunciar una palabra. Nuevamente encendió un cigarrillo, como para darse ánimos, e intento caminar hasta ella sin oír que varias personas se quejaban debido al humo que emanaba. El subte llego. Casi todas las personas allí presentes, Gabriela entre ellos, se agolpaban en las puertas del transporte dándose empujones con el fin de conseguir un asiento pero ella no lo logro y debió quedarse parada en la puerta con la mirada fija en el andén. En ese instante sus miradas se cruzaron.
Marcelo continuaba estático en su lugar. Ella se sonrojo al verlo, y escondió su mirada en el suelo, tras un bocinazo el subte arranco.
El joven no daba crédito a lo sucedido, todo tipo de sentimientos afloraron en su ser y el reproche por no haber actuado no tardo en hacerse presente en la escena. Nuevamente la esperanza de una charla civilizada se esfumaba delante de el.
Durante varios días intento forzar al destino y volver a cruzarla pero sus esfuerzos no fueron suficientes. Día tras día llegaba al anden a la misma hora, recorriéndolo de punta a punta, busco datos de Gabriela en las guías telefónicas locales sin resultado alguno, como ultimo recurso redacto una carta y la dejo en el buzón de la antigua casa de ella aunque a los pocos días esta regreso a sus manos, debido a que los actuales dueños no sabían que fue de la vida de la muchacha que antes ocupaba ese hogar. Sin embargo el continua intentando encontrarla...

Como antes les comente, el día en que se cruzaron se cumplía un nuevo aniversario del distanciamiento y varias dudas me surgen sobre este dato.
¿Era realmente Gabriela a quien Marcelo vio en el anden, o su inconciente le jugo una mala pasada? Si bien la muchacha se sonrojo al notarse observada, tal vez fue producto del cruce de miradas que ambos supieron sostener por escasos segundos.
¿Que le ocurrió a Marcelo que no le permitió hacer nada en ese instante?
Preguntas como estas, me surgen al releer el relato. Son respuestas que tienen solamente ellos y tal vez saben por que actuaron de esa manera. Quizás algún día se vuelvan a encontrar, quizás no, lo cierto es que Marcelo aun continua esperándola, cada mañana, en el anden, a la misma hora que se dio el cruce anterior. Buscándola con desesperación entre los rostros y compartiendo algún que otro bostezo con los pasajeros.

martes, 17 de febrero de 2009

Selección de Personal?

Cuando el simple acto de conocer a alguien toma el mismo rumbo que la reconocida reclutación de personal...

En la actualidad existen infinidades de medios informáticos destinados a facilitarnos en la interminable búsqueda de personas con las cuales podemos llegar a compartir: mates, salidas, una relación de amistad o encontrar el tan buscado amor.
Con solo ingresar en una pagina de este estilo y filtrar los desplegables, ya sea por: zona, edad, sexo o color de pelo, entre otras, obtemos un reporte de aspirantes que cumplen con los requisitos solicitados.
Llega el nuevo filtro. Con los resultados obtenidos en la primera búsqueda comenzamos un recluting más fino donde invitamos a personas que nos interesan: estéticamente o por su breve descripción. Si ambas personas están interesadas en conocerse damos paso a la primera entrevista: MSN!
Aquí comienza el filtro real para nuestra empresa, quiero decir vida. Los contactos añadidos y la persona que los agrego comienzan con una suerte de oferta y demanda de personalidades lo que deriva a que cada uno/a de los aspirantes lleguen a grupos como: Para conocer a futuro, amigos, conocidos, ¿para que te agregue?, etc. Los/as mas desafortunados/as, es decir las personas que no nos transmiten nada, a los pocos días ni siquiera aparecen en dentro de nuestra cuenta.

Dentro de las charlas, comienzan a surgir las listas interminables de perfiles: sensibles, chocantes, enamoradizos/as, tímidos/as, lanzados/as, y podemos seguir nombrando toda la noche.
Tras horas de conversación en las cuales reiteramos nuestra rutina o simplemente hablamos de la vida, seguro que si la charla se torna densa el interlocutor lee por arriba lo que estamos contando ya que se esta durmiendo o por el ingreso de otro postulante, llegamos a la entrevista final. Aquí es donde comienza el fin de la búsqueda, tras la cita se define el grupo al que pertenecerá ese contacto.

Si bien no estoy en contra de este tipo de páginas siento que me generan una suerte de DEJAVU… Díganme, esto que acaban de leer ¿no les recuerda a las tediosas búsquedas laborales?

Oferta
Postulación
Selección de Curriculums
Entrevista
Quedas en la base de datos para próximas búsquedas
Contrato temporal
Contrato definitivo

¿Casualidad o simple coincidencia?

Por suerte no son tantas las personas que estudian carreras afines a la administración de empresas, si no también deberíamos pasar por una lista infinita de test en los cuales se identificarían nuestras aptitudes para el puesto ofrecido. Aunque si lo pensamos solo unos momentos podemos llegar a la conclusión de que ni siquiera safamos del preocupacional, como el que realizan las empresas antes de contratar a sus empleados, ya que antes de firmar el contrato (léase: Matrimonio) TAMBIEN NOS SOMETEMOS A LOS ANALISIS DE RUTINA PREVIOS AL PASO POR EL REGISTRO CIVIL!!!

Definitivamente, en esta vida todo tiene que ver con todo.